Definimos investigación como un proceso sistemático y riguroso, llevado a cabo para obtener soluciones de problemas y/o descubrir nuevos hechos y relaciones.
Pese a que la investigación es una función de enfermería reconocida por todos los modelos teóricos, imprescindible para el avance, para la mejora de nuestro conocimiento científico y nuestro ejercicio profesional, existe un escaso desarrollo en nuestra profesión.
Pese a que la investigación es una función de enfermería reconocida por todos los modelos teóricos, imprescindible para el avance, para la mejora de nuestro conocimiento científico y nuestro ejercicio profesional, existe un escaso desarrollo en nuestra profesión.
Este
escaso desarrollo puede justificarse mediante una serie de dificultades que
surgen ante la investigación en enfermería, como la falta de tiempo por
sobrecargas de trabajo, la carencia de formación tanto teórica como práctica,
escasez de datos de fuentes bibliográficas, escasa motivación, etc.
Pese
a esto y apoyándonos en numerosos antecedentes históricos que reconocen la
importancia de la recopilación de datos, como los estudios que Florence
Nightingale realizó en el siglo XIX, acerca de la importancia de la higiene en
las heridas para evitar las infecciones de estas, se hace necesario facilitar la
investigación en proyectos que fomenten la independencia y los autocuidados, que
desarrollen modelos y métodos que equilibren la calidad de los servicios, que
reduzcan los problemas de salud causados por problemas medioambientales o hábitos
de vida, etc.
Por
ello pese a las numerosas adversidades que se presentan en el camino de la
investigación para la Enfermería, es crucial para el desarrollo, para el
bienestar y mejorar la calidad de vida tanto
de enfermos como personas de su ámbito más cercano, para la adaptación a los nuevos
y futuros avances tecnológicos, científicos y médicos, que comencemos desde los
escalones más bajos a fomentar esta práctica.
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